Dejá, no me halagues más

No sé qué es peor: que te guste uno que no te da bola (la historia de mi vida) o que uno que no te mueve un pelo un día te diga que soñó con vos, te empiece a agitar, te empiece a interesar y resulta que todo era en plan amigo heterosexual frontal copado y que tiene novia.
Nunca te pedí que te pusieras en ese rol, PELOTUDO!!! Sabés qué? Perdete la frontalidad justo ahí donde no te da el sol!!!

Ponerse en exigente no sirve porque ninguno llega. Confiar y mostrarse vulnerable tampoco, porque te boludean. Al final, ya no sé qué quieren.
Pobrecito el próximo que quiera algo conmigo. La guardia me quedó por las nubes.

REW/FF

Hoy, de la nada, porque sí, se me ocurrió plantearme el siguiente interrogante: Si tuviera una sola oportunidad de volver o adelantar el tiempo, qué haría y por qué?
Descarté la opción de adelantar sin dudarlo. No me gustaría saltearme momentos, ni siquiera los peores. Creo que todo lo que nos pasa es por algo, para que aprendamos algo. Saltear cualquier experiencia, por simple que fuera, me haría perderme cosas. Así que paso.
Sí consideré la opción de ir hacia atrás. No me voy a hacer la superada. Seguro hay cosas de las que me arrepiento y seguro hay cosas que haría de otra manera. Son varias, así que no me detuve a elegir una. Para qué, al final, si el interrogante no es más que una hipótesis?
Me quedé tranquila descubriendo que entre rehacer y perderme de cosas elijo lo primero. Y eso dice bastante de mi forma de pararme en la vida.

Hermosa distancia

Qué alegría cuando el tiempo le da la razón a todos esos que te contuvieron mientras llorabas el abandono y te tiraban por la cabeza verdades que eras incapaz de ver.
Qué lindo alivio.
Qué fresco aroma de liberación.
Qué hermosa claridad que dan el tiempo y la distancia.

Juntando monedas para la fuente

Recién leí por ahí que los deseos no se cumplen porque no sabemos desear.
Pienso en cuánta verdad hay en esa simple frase. Pienso en las veces en que deseé algo sin quererlo realmente. O deseando, inconscientemente, claro, que no se cumpliera. O teniendo la certeza de que no lo iba a conseguir.
Pobre Universo. Cuántas veces le pedimos cosas al tiempo que le demostramos que queremos o necesitamos otras? Cuántas veces le pedimos trivialidades con carácter de urgencia? Cuántas veces olvidamos para qué le pedíamos lo que le pedíamos? Somos desconcertantes!
Mi consejo, si es que este espacio admite tal cosa, o más bien mi deseo para este año todavía en pañales, es que deseen deseos verdaderos. Que se les cumplan va a ser una obvia consecuencia.

Un intruso en casa

Ayer cuando me levanté abrí las ventanas de mi casa y salí. Durante el día estuve haciendo varias cosas y recién volví a la noche, bastante tarde. Cerré todo y me fui a dormir.
Hoy me desperté con el ruido de un aleteo, supuse, en la ventana. Supuse mal. Al levantarme encontré un inmundo pichón de paloma deambulando por mi comedor.
Superada la sorpresa y el asco iniciales, me dispuse a deshacerme del plumífero animalejo. Cerré la puerta del baño y la del dormitorio, abrí la ventana y la cortina del comedor y traté de transmitirle al bicho por telepatía que esa era la vía de escape. No funcionó. Por joven o por cansado, el inútil animalejo apenas se despegaba 40 cm del piso, sin contar que el susto lo disparaba en la dirección opuesta a la ventana.
En un momento logré llevarlo hasta ahí de nuevo y, con la ayuda del cepillo del piso (no lo iba a agarrar!), intenté arrastrarlo hasta el borde, sin éxito. "Cómo pudo entrar si no puede volar?" me repetía una y otra vez.
Una es ecologista hasta donde puede. Mi único objetivo era sacarlo de mi casa y esa asquerosa bolsa de itas no estaba colaborando. No tuve más remedio que atontarlo un poco a cepillazos hasta que puede meterlo en un balde e impulsarlo al... vacío? Al viento, prefiero creer que fue al viento, que el envión lo llevó a despabilarse y, finalmente, volar. Por las dudas, ni miré.